El realismo y la expresividad, que Isidoro remarcará especialmente en las caras y manos de sus personajes, son una constante en su obra, tanto dibujística como escultórica.
El realismo y la expresividad, que Isidoro remarcará especialmente en las caras y manos de sus personajes, son una constante en su obra, tanto dibujística como escultórica.
El realismo y la expresividad, que Isidoro remarcará especialmente en las caras y manos de sus personajes, son una constante en su obra, tanto dibujística como escultórica.
En esta ocasión, dibuja el busto de un hombre situado de perfil, lo que imprime dinamismo a la obra. Hay una evocación al mundo clásico, un tema recurrente en Isidoro Brocos, por la nariz helénica tan característica. El juego de luces y sombras en tonos anaranjados gracias al lápiz sanguina, provoca que tenga un mayor impacto la figura y nos acerque al personaje.