Colección Bibliográfica

En el año 2003 se dieron los primeros pasos para crear esta gran biblioteca de libro antiguo e histórico que a día de hoy conforma el Fondo Bibliográfico de ABANCA. En ese momento se adquirieron 2.300 ediciones escogidas por su interés bibliográfico y artístico. Este incluía 69 incunables, un amplio fondo de obras fechadas entre el siglo XVI y comienzos del XX y algunas ediciones facsimilares. Con el paso de los años, este fondo se fue ampliando hasta alcanzar los 3.632 volúmenes que lo integran a día de hoy.

Estos ejemplares se encuentran organizados en cinco fondos en función de sus tipologías, según sean incunables, facsímiles, obras de economía y otras disciplinas, autógrafos u obras históricas de entre los siglos XVI y XX. Desde el año 2014 todo este fondo se
encuentra depositado en la Biblioteca de Galicia, buscando así poner este patrimonio a disposición de la sociedad, pudiendo ser consultado por investigadores y público general. 

A mayores y como vía para mejorar la accesibilidad del fondo, se lleva a cabo un proceso de digitalización. Anualmente se seleccionan una serie de volúmenes destacados por su interés histórico, artístico o su particularidad y se ponen a disposición de los usuarios en el portal Galiciana. También podrás acceder a ellos a través de esta web.

Los primeros libros impresos que siguen en su forma y contenido a los manuscritos

El más extenso de todos los fondos, cuenta con más de 2500 ejemplares editados entre los siglos XVI y XX.

Las ediciones que reproducen un libro histórico de manera exacta.

Documentos escritos por grandes nombres de la cultura gallega.

Libros y documentos especializados de los siglos XVIII, XIX y XX

La colección de ABANCA

Los incunables de la colección que se presentan se imprimieron mayoritariamente en Alemania, o su área de influencia, e Italia, más de la mitad de la colección. Sólo dos están impresos en Francia, concretamente en Lyon. Ninguno de los ejemplares de la colección está impreso en España, aunque sí encontramos obras de autores españoles.

La invención de la imprenta

La imprenta nace en un momento de grandes innovaciones, en el pensamiento, en lo económico y en lo político. Ya en el siglo XII habían tenido lugar cambios trascendentes en la organización de la sociedad europea. La urbanización de la sociedad y el nacimiento de las Universidades habían dado lugar al empleo de procedimientos de producción del libro distintos a los monásticos. Comienza también ya en el siglo XII el interés por la ciencia, por las literaturas vernáculas, por los textos jurídicos. El caldo de cultivo de las grandes transformaciones del Renacimiento estaba ya preparado.

El inventor

La figura de Johannes Gutemberg aparece indiscutiblemente ligada a la invención de la imprenta, aunque su nombre no conste en ninguno de los primeros impresos realizados con tipos móviles. Joahann Gensfleish zun Gutemberg nace en Maguncia. La vida del inventor es en gran parte un misterio, no dejó ningún escrito personal y lo único que se conserva son los documentos legales sobres sus pleitos por deudas. Lo que parece indudable es que conocía muy bien los textos xilográficos en «bloque», la impresión en bloque empleada desde finales del siglo XIV para la realización de calendarios, naipes, donatos, y las conocidas como Biblias de los Pobres. Parece que durante una serie de años residió en Estrasburgo donde comenzó a desarrollar su idea, fundir letras sueltas que combinadas permitirían formas palabras y que además podrían ser utilizados una y otra vez.

Los incunables

Los primeros libros impresos siguen en su forma y contenido a los manuscritos. La única diferencia durante mucho tiempo entre libro impreso y libro manuscrito es la técnica empleada para su elaboración. El libro impreso es un ejemplar fabricado en serie y por tanto susceptible de multiplicación. La distinción entre «libro de mano» y «libro de molde», que es como se conocen al principio estas dos formas de convivencia, dejó paso posteriormente a la palabra «incunable» que aparece va recogida en los catálogos impresos del siglo XVII, aparece en ellos como «imprenta incunable», después ya sólo como incunables.

Fondo_Bibliografico_ERE7933