Modesto se inspira en el arte del mundo egipcio de la antigüedad para realizar esta bailarina. Por ello la representa de perfil, con sus gestos fijados de manera estática y sin detallar en exceso sus trazos.
El centro del dibujo está ocupado por la figura sosteniendo un instrumento a modo de guitarra muy estilizada, del que pende una cinta en el extremo. Está totalmente desnuda, sólo cubierta por un tenue y transparente velo, dejando ver los pechos, el ombligo y su sexo. Posee abundante cabellera que, en tirabuzones, desciende hacia la mitad del brazo derecho. En su cabeza luce un tocado de casquete de tiras, siendo su base de perlas y su cúspide, un tallo que remata en la frente con una flor. En el cuello lleva cuatro gargantillas de brillantes, que son más anchas en antebrazos y muñecas.
La figura está rodeada por una greca formada por círculos concéntricos, entre los que lucen diversos dibujos triangulares con una bellota en el interior y entre los triángulos, una flor trifoliada abierta. Es una obra muy colorista, sobresaliendo los tonos verdes.