El planteamiento del dibujo es sencillo y firme, con un color chillón y plano que se extiende en varios campos limitados por los gruesos trazos de la línea.
El planteamiento del dibujo es sencillo y firme, con un color chillón y plano que se extiende en varios campos limitados por los gruesos trazos de la línea.
Este cuadro pertenece a una serie de obras que Virxilio realizó a partir de sus vivencias en Alemania. En ella se combina un perfecto dominio del dibujo con el grafismo y el color. Forma parte de un grupo de tres lienzos donde representa la ciudad de Colonia a través del ambiente burgués de las terrazas alemanas. En ellas aparecen mujeres con el rostro de perfil, sentadas alrededor de las mesas y ensimismadas en su conversación. Las poses están perfectamente estudiadas y cerradas provocando la ya mencionada sensación de ausencia. El lujos ambiente que las rodea está representado mediante decorativas "volutas" de pintura características de la obra de Virxilio y que nos remiten a la decoración de las iglesias románicas de Galicia. La iluminación se concentra en la mujer situada en el ángulo inferior derecho de la obra, creando un juego de luces y sombras que dota de volumen a la composición. El planteamiento del dibujo es sencillo y firme, con un color chillón y plano que se extiende en varios campos limitados por los gruesos trazos de la línea. Utiliza colores primarios (rojo, azul y amarillo) a los que aplica una tenue gradación tonal en repuesta a la gradación lumínica, empleando para ello pinceladas blancas o negras. Virxilio conjuga lo tradicional con las nuevas tendencias que emergen paralelamente en Europa.