Serigrafía realizada con cuatro pantallas de seda y cuatro tintas serigráficas, sobre papel de hilo blanco. En 1985, la autora, realizó una pintura de gran formato (300x200) con el mismo motivo y título. Sobre un fondo plateado, que representa un muro de ladrillos, hay una figura alargada, muy esquemática y geométrica, con dos cabezas: una de ellas redonda y la otra muy angulosa. La cabeza redonda, comparte el mismo motivo de ladrillos que el fondo. Está representada de frente, totalmente plana y sin expresión. La otra, muy geométrica, se representa de perfil. En el tronco dispone dos círculos en vertical, y como único pie tiene un apéndice que se asemeja a una mano. Este tipo de figuras, de formas sintéticas, provienen de la influencia que tienen sobre Menchu Lamas, las figuritas de pan pintado de San Andrés de Teixido. Según Victoria Combalia, estos híbridos de troncos alargados, con cabezas geométricas y con un solo pie (o mano), tienen en la verticalidad una simbología fálica que lo rige todo, siendo el resto simetría, al igual que en las artes arcaicas y primitivas.