Boceto que realiza visitando los alrededores de la ciudad de A Coruña, donde encontrará la inspiración para sus obras. Se trata de un dibujo preparatorio para un cuadro que lleva el mismo título. Capta el paisaje en general, la casa, el pajar, la figura femenina y distintos elementos, entre los que destaca el pino, de enormes dimensiones, y que es lo que realmente llama la atención de Lloréns. La composición es sencilla, deja el primer plano abocetado, a penas definido, un segundo término donde encontramos todos los elementos importantes, y un sutil intento de profundidad, con la arboleda que coloca al fondo. La pincelada es breve, rápida e imprecisa. Utiliza la paleta clara, típica de su obra, con colores cálidos, como son los verdes, ocres, naranjas, y le infiere la misma luminosidad de sus cuadros, a pesar de ser un boceto. El motivo del pino interesó mucho al artista, que lo repitió en distintas obras hasta convertirlo en único protagonista del lienzo en El pino de Montrove, obra realizada por las mismas fechas.