Este dibujo es un boceto del que será uno de sus cuadros más importantes: La puerta de las doncellas. Betanzos es una ciudad que entusiasmó al pintor, que la visitará y retratará en numerosas ocasiones. Se trata de uno de los "retratos urbanos" donde la figura humana tiene mayor protagonismo, aunque siempre como parte integrante del ambiente urbano, y sin destacar su carácter individual. En este boceto, representa la Puerta de las Doncellas, la más destacada del caserío medieval de la ciudad y una de las principales puertas de entrada a la urbe, una vez cruzado el río, de ahí el animado ambiente que quiere recoger el artista. En este apunte, la arquitectura autóctona se entremezcla con las costumbres del pueblo gallego, en el que será un cuadro de marcado realismo regionalista.