En la obra de Laxeiro, encontramos una serie de temas muy recurrente, y que son la base de toda su producción: carnavaladas, fiestas dionisiacas, guiñoles, mascaradas, monigotes, todo un mundo de fantasía tomado de su infancia y de las leyendas populares. En los años sesenta, época a la que pertenece esta obra, Laxeiro se verá influenciado por la abstracción americana y por el informalismo europeo, pero siempre desde un punto de vista de libertad absoluta, que le lleva a realizar una interpretación totalmente personal. En esta etapa, también se hace más evidente el sarcasmo, la ironía y la dureza con la que describe la sociedad del momento que le toca vivir, a través de una nueva visión de esa España Negra, que le lleva a entroncar directamente con las pinturas Negras de Goya. Asustado, es una composición a caballo entre el expresionismo alemán, el informalismo, y una descomposición geométrica, próxima al cubismo. Laxeiro, delimita la figura por medio de un trazo grueso de color negro, próximo al cloisonnisme, que destaca sobre un fondo claro, realizado a base de una gama de tonos terrosos impuros, manchados por el negro, que proporcionan cierto tenebrismo a la composición. La pincelada, suelta pero densa, matérica, se plasma de forma salvaje, casi como un impulso, sin dejar lugar a lo preconcebido, reflejando ese carácter creativo y de libertad del artista, pero sin llegar al extremo de Saura o De Kooning.