Pop-fiction

  • Xaime Quessada
  • 1973
  • Pintura
  • Óleo sobre lienzo
  • 554
  • 200 x 200 cm
  • Colección de Arte ABANCA

Obra realizada durante uno de sus períodos estivales en la isla de Ibiza. La gama de colores utilizada es la mediterránea en contraste con los tonos rojizos y verdes utilizados en los cuadros pintados en Galicia. En esta época, Quessada va a realizar una serie de obras en las que se observan diversas influencias. Es importante resaltar la estancia del autor en México y en Estados Unidos acompañado por su amigo y miembro de O Volter, Luis de Dios. A pesar de que vuelven un poco decepcionados con el discurso, es claro que hay una clara influencia de las vanguardias norteamericanas del momento y de los colores baconianos que puede observar in situ. En esta obra conviven figuración, abstracción y geometrismo puro, con un envolvente surrealismo que se enmarca, a su vez, en una estética Pop con detalles procedentes del Op-Art. En la parte inferior del cuadro, aparecen unas figuras desnudas en posturas marcadamente eróticas envueltos por fuerzas brutales, en forma de torbellinos de energía. Pinta la fuerza bruta y la velocidad absurda, inherente a nuestro tiempo, haciendo una crítica, estética e ideológica, a la hegemonía del mecanismo alienante. Asimismo, realiza una dura crítica al futurismo italiano del primer tercio del siglo XX, que derivó hacia discursos fascistas. El color se aplica en formas serpenteantes, en torno a figuras apenas esbozadas e inmersas en espirales luminosas, que amenazan con llevarlas por los aires.