Jorge Castillo propone un diálogo para poder entender este grabado:
"-¿Qué pasa?, pregunta la niña resabiada al toro atónito".
Llama la atención la valentía de la niña en contraposición con el toro, representado con un intenso color naranja, con los ojos fuera de sí, y saliéndole la saliva de la boca, dando así una sensación de fiereza.
Mientras sucede esto, Jorge Castillo, dentro de la escena, contempla con timidez el desparpajo infantil.