De nuevo Jorge Castillo propone un diálogo para la composición de la escena:
"-¿Dónde mejor puede descansar una bonita mujer que en las poderosas espaldas de un toro?"
Efectivamente, una mujer descansa sobre el lomo del toro, que, con un rostro humano, mira fijamente a una mujer desnuda que se encuentra ante él. A la derecha de la composición, una figura masculina toca con su mano uno de los pies de la mujer que descansa sobre el toro, mientras que un pájaro canta para que la bella se duerma y sueñe. El aguafuerte está realizado con una mancha de color al ácido directo.