Miramontes fue ayudante de estudio de Isaac Díaz Pardo durante algún tiempo. Después se fue a Madrid e Isaac perdió todo contacto con él. Lo representa según la tipología de retrato de amigo, sentado en una silla, en su entorno laboral, vestido con la bata de pintor y con una paleta y pinceles en la mano, dignificando su oficio. A su lado tiene una pequeña mesa donde hay tres botellas, una taza de vino y unos tubos de pintura. Destaca la marcada línea de dibujo, sobre todo en la mesa y los elementos que hay sobre ella. El fondo es neutro y sin profundidad para destacar la figura del retratado.