En 2001 Murado realizó en Nueva York la exposición Icescapes en la que presentó un conjunto de obras de clara vocación paisajística. El Paisaje (2005) recuerda las vistas heladas de Icescapes pero se aumenta la abstracción de la imagen. El carácter paisajístico de esta obra se enfatiza por la elección de un formato apaisado y por la aplicación de capas de pintura en sentido horizontal. Frente a otros ejemplos, el autor dejó translucir la dirección de la pincelada aunque la fisicidad de la materia fue, una vez más, omitida.