Dentro del cambio originado por su estancia en Nueva York, donde el artista producirá muy pocas piezas, esta obra es el más alto exponente de la investigación sobre la representación del cuerpo humano como único baluarte en la sociedad americana. El artista confunde y antagoniza la sombra de un hombre que camina como sus antepasados con una estilizada forma divina detrás, sobre un fondo verduzco y naranja.