El gusto de la artista por la arqueología se relaciona con sus trabajos acerca de la pervivencia en la memoria de hechos, historias y sentimientos.
El gusto de la artista por la arqueología se relaciona con sus trabajos acerca de la pervivencia en la memoria de hechos, historias y sentimientos.
Obra confeccionada en bastidor de madera al que se le ensamblan chapas de cinc sobre las que se colocan diversos objetos cerámicos confeccionados por la artista, sujetos a base de alambres. La fragilidad de la cerámica se contrasta con la dureza del metal. El empleo de la cerámica nos remite a la tradición valenciana -región de donde procede la autora- mientras que la idea de clasificación y ordenación de las piezas hace referencia a una de sus aficiones: la arqueología.
El gusto de la artista por la arqueología se relaciona con sus trabajos acerca de la pervivencia en la memoria de hechos, historias y sentimientos. Al mismo tiempo las piezas cerámicas actúan como signos ordenados espacialmente, como grafías o símbolos para codificar un mensaje que nunca será rebelado. También puede evocarnos los fetiches de los ritos animistas africanos, en los cuales dotan a sus objetos manufacturados de un valor extraterrenal. El hecho de que no pegue los fragmentos de barro, sino que prefiera coserlos uno a uno mediante alambres hace referencia al trabajo manual, del mismo modo que el barro nos remite a la artesanía.