Mandolina

Un viaje a París en 1951 permitió a Caruncho ver y analizar la obra de los cubistas, de los suprematistas y de los constructivistas, influyeron notablemente en su obra posterior.

  • Luis Caruncho
  • 1959
  • Pintura
  • Técnica mixta sobre tabla
  • 96
  • 190,5 x 158,7 cm
  • Colección de Arte ABANCA

Un viaje a París en 1951 permitió a Caruncho ver y analizar la obra de los cubistas, de los suprematistas y de los constructivistas, influyeron notablemente en su obra posterior. Tras un breve paso por la figuración, comenzó a pintar una serie de naturalezas muertas, influídas por el Cubismo Sintético que recuerdan especialmente la obra de Juan Gris. Tanto en Mandolina como en otras obras coetáneas -Abanico negro, Violonchelo, Guitarra- se aprecia la influencia de Juan Gris: en la descomposición en planos de los instrumentos musicales o la inclusión en la obra de páginas de periódico y partituras a modo de collage. Las líneas de contorno, negras y muy anchas, enmarcan el dibujo, que se rellena de colores planos, mates y de gran densidad, predominando los tonos típicos de la paleta cubista: el marrón, el amarillo y azules y verdes oscuros. En palabras de Vázquez Díaz, Caruncho"había puesto el cubismo al servicio del realismo", refiriéndose al grado de mímesis que había alcanzado esta pintura.