Casás contrapone la idea clásica de la representación de la naturaleza en el arte, como algo pasivo y estático, con su propio planteamiento: "Concibe la tierra como obra de arte, en un proceso abierto, dinámico, errante, que actúa como una estructura continua uniendo las diferentes manifestaciones de su trabajo".

La composición Norte 3 está formada por bloques de madera carbonizada situados en una estructura reticular en forma de cuadrado. La composición de piezas organizadas en el espacio esconde la idea de seriación y recuerda a los trabajos minimalistas, pero abandona el carácter aséptico de este estilo para expresar preocupaciones más profundas. Entre los bloques, añade uno de bronce, material con el que trabaja a partir del año 1985. Combina, por tanto, elementos perecederos en cuya materia se detecta el registro de la vida, con elementos no variables como el bronce. La madera es el material principal en sus obras, en las que ofrece una lectura pesimista del deterioro medioambiental y la devastación del planeta. Dichas cuestiones le preocupan enormemente desde que descubre la Selva Virgen de Brasil, la naturaleza en estado puro, sin la intervención de la mano del hombre y su deterioro inducido por éstos.