Entre 1987 y 1988, residiendo Castillo en Nueva York, realizó 50 pinturas de gran formato dedicadas a su barrio, el Soho.
Entre 1987 y 1988, residiendo Castillo en Nueva York, realizó 50 pinturas de gran formato dedicadas a su barrio, el Soho.
Entre 1987 y 1988, residiendo Castillo en Nueva York, realizó 50 pinturas de gran formato dedicadas a su barrio, el Soho. Él mismo explica la situación que le llevó a realizar estos trabajos: "(...) salgo del estudio y paseo procurando despreocuparme de la pintura. Observo la vida apasionante de la calle. No tardo nada en sentir una imperiosa necesidad de pintar y vuelvo al estudio deprisa y corriendo". Con poca luminosidad y colores oscuros (marrones, ocres...), este cuadro representa una escena cotidiana que Castillo podía ver con sólo salir a la calle, se trata de un hombre borracho, de que representa la mitad inferior de su cuerpo en escorzo, en la parte superior del cuadro, con una botella y un vaso a su lado. El resto del espacio lo destina a la acera, que representa muy lineal y geométrica, con restos de papeles, colillas, botellas rotas e, incluso, trozos de perchas por el suelo.