Se trata de un complemento al Tríptico de Palomares, obra de denuncia que ahora, en forma de díptico, clama que el suceso sigue vivo en la memoria y que no se olvida.
Se trata de un complemento al Tríptico de Palomares, obra de denuncia que ahora, en forma de díptico, clama que el suceso sigue vivo en la memoria y que no se olvida.
Este Paisaje en desorden, aunque ha sido realizado alrededor de 25 años después del accidente de Palomares, nos muestra una vez más el paisaje de este pueblo tras la tragedia. Se trata de un complemento al Tríptico de Palomares, obra de denuncia que ahora, en forma de díptico, clama que el suceso sigue vivo en la memoria y que no se olvida. Dos figuras humanas, un par de pájaros y un burro, entre otros animales, se disponen de manera "desordenada" como víctimas que son de este accidente en el que además de perder la vida personas y animales el rastro nuclear provocó la aparición de enfermedades desconocidas.