En la década de los setenta encontramos algunos rasgos compositivos que definirían la última pintura de Eugenio Granell.
En la década de los setenta encontramos algunos rasgos compositivos que definirían la última pintura de Eugenio Granell.
En la década de los setenta encontramos algunos rasgos compositivos que definirían la última pintura de Eugenio Granell, como pueden ser la utilización de elementos teatrales, el sentido lúdico del dibujo y del color plano que lo anima, la temática inspirada en el mundo de la literatura, sobre todo la del Siglo de Oro español, el acercamiento al mundo infantil mediante acertijos o recursos tomados del cómic, la monumentalidad de las figuras o la estrecha relación entre el título y la figuración.
Muchos de estos rasgos los encontramos en esta obra, que entronca con el mundo del teatro, al que el artista estuvo siempre muy ligado, y que se evidencia en algunos elementos formales utilizados en la composición: la orla negra que delimita la parte alta de la escena a modo de telón, el foso que se insinúa en el primer término, la disposición en un mismo plano de los tres personajes principales, y su actitud coreográfica, o la profundidad existente en la escena.