En esta obra el artista presenta una composición vitalista donde el colorido de las frutas y de las flores destaca sobre el velo azul que cubre el resto de las figuras que se encuentran en la habitación.
En esta obra el artista presenta una composición vitalista donde el colorido de las frutas y de las flores destaca sobre el velo azul que cubre el resto de las figuras que se encuentran en la habitación.
En esta obra el artista presenta una composición vitalista donde el colorido de las frutas y de las flores destaca sobre el velo azul que cubre el resto de las figuras que se encuentran en la habitación. Con un extraño formato cuadrado, Chagall dispone un jarrón y un cesto de frutas que se apoderan de toda la escena, dejando en un segundo plano la figura de una joven. Las piezas son simplificadas y bien delimitadas por la línea y el color. La muchacha representada es su segunda esposa, con quien poco tiempo atrás había contraído matrimonio. Esta circunstancia llevó a Chagall a experimentar un renacimiento en su obra, con una producción alegre y fructífera.