Montevideo siglo xx es una obra que reúne el compendio teórico y plástico de Torres García: tradición clásica, vanguardia y arte americano. El artista representa un paisaje urbano con puerto –uno de los temas más recurrentes a lo largo de su trayectoria– que se adapta formalmente a sus necesidades estéticas, pues las mismas casas y figuras son las que marcan la trama estructural geométrico-constructiva.
La geometría es uno de los elementos distintivos del universalismo constructivo del pintor y, además, lo pone en relación con el arte prehistórico precolombino, por lo que consigue crear una estética de vanguardia absolutamente americana. Los colores que usa en este lienzo (amarillo, azul, rojo, blanco y negro) responden a los mismos criterios de simbiosis entre la tradición clásica, la vanguardia y América.
Usa solamente colores primarios, yendo a la gama cromática de los neoplasticistas holandeses, pero también retrotrayéndose a las culturas prehistóricas amerindias. Es una pieza que, basándose en los principios europeos y en las bases del arte precolombino, evoca un presente de modernidad nacional, tal y como su título indica.