Por medio de formas caprichosas, Granell nos presenta su peculiar Pájaro de fuego. El color, la luz y el movimiento se integran en un conjunto rítmico de fuertes vibraciones lumínicas que prácticamente desbordan la superficie del lienzo.
Por medio de formas caprichosas, Granell nos presenta su peculiar Pájaro de fuego. El color, la luz y el movimiento se integran en un conjunto rítmico de fuertes vibraciones lumínicas que prácticamente desbordan la superficie del lienzo.
Junto a Maruja Mallo, Eugenio F. Granell fue el único pintor gallego integrado en el Grupo Internacional Surrealista. La formación musical del pintor encaminó su obra hacia un lenguaje profundamente personal y desmarcado de otras corrientes.
Por medio de formas caprichosas, Granell nos presenta su peculiar Pájaro de fuego. El color, la luz y el movimiento se integran en un conjunto rítmico de fuertes vibraciones lumínicas que prácticamente desbordan la superficie del lienzo. A través de marcados movimientos, el estímulo visual que transmite al espectador se carga de un fuerte impacto conceptual. Sin lugar a dudas, las múltiples estancias en Latinoamérica a lo largo de su vida se ven reflejadas en obras como esta, en la que el decorativismo y la sinuosidad de las aves, simulando formas vegetales, nos remite a mundos tropicales.