El díptico Parsifal (2005) es un nuevo ejemplo de la capacidad de Murado para revisitar sus propios temas al tiempo que realiza una puesta al día de los mismos.
El díptico Parsifal (2005) es un nuevo ejemplo de la capacidad de Murado para revisitar sus propios temas al tiempo que realiza una puesta al día de los mismos.
El díptico Parsifal (2005) es un nuevo ejemplo de la capacidad de Murado para revisitar sus propios temas al tiempo que realiza una puesta al día de los mismos. Frente a 1492 (Díptico) donde los lienzos gozaban de un carácter especular, en esta obra el pintor busca una pretendida ruptura de la simetría y del continuum, uniendo dos piezas de carácter diferente. Se genera así una nueva relación visual donde la superficie lisa, monocroma, dialoga con una imagen abstracta, de apariencia nebulosa, que prescinde de la uniformidad de su pareja. Esta conjunción planteada como un juego de opuestos abre un camino novedoso en la obra de Murado quien, sin dejar de ser fiel a sus principios, inicia una nueva exploración formal y sensitiva que todavía dará interesantes frutos.