Parella fue realizada en Galicia, a su retorno del exilio político en Argentina, tras el estallido de la Guerra Civil . En esta obra encontramos a un Luis Seoane que ya consolidado su particular estilo artístico, basado en la síntesis de color y forma. Si atendemos a la distribución del color, absolutamente plano, el cuadro se asemeja a un enorme puzzle. A pesar de estar destacados por los gruesos trazos de las líneas negras y blancas, las figuras se integran en el fondo, uniéndose a su mismo ritmo de formas y trazos geométricos. La geometría, derivada del proceso de síntesis, no elimina, sin embargo, la figuración, haciendo que los protagonistas sean claramente diferenciados dentro del conjunto. No obstante, hasta los signos gestuales de las figuras se han visto reducidos a grafismos esenciales. Forma, color y línea, alcanzan en esta obra gran significación por sí mismas, pero son armonizadas para crear una escena que, de no ser así, se quedaría en mero criptograma. Entre la pareja, Seoane incluye signos que dice haber extraído de los mitos y leyendas gallegas, como los discos solares. Las dimensiones de la obra y su desarrollo horizontal, demuestran una clara influencia del muralismo, mientras el modo de jugar con el color y la línea remite a sus múltiples trabajos en el ámbito del diseño gráfico.