Este lienzo, pertenece a la serie homónima Cadrados, en la que las obras que la componen, presentan cacterísticas muy semejantes. Como en la práctica totalidad de su obra, la abstracción geométrica, basada en campos de color, domina todos los componentes de la composición. En este ejemplo, fragmenta el espacio en una estructura ortogonal, formada por multitud de cuadrados de pequeño tamaño, que parecen más sugeridos que reales, ya que la superficie rojiza del fondo absorbe la trama, reclamando la imaginación del espectador para subsanar los problemas de su percepción. La utilización del acrílico en los lienzos, ayuda a Tatiana Medal a conseguir unos efectos ilusorios, que logra mediante una técnica donde la intensidad del color y la luminosidad son los elementos principales, aplicados de forma individualizada en cada uno de estos ritmos ortogonales, pero conservando la monocromía de toda la composición para crear una unidad.