«Esa imagen, la de un viejo aeroplano contemplado como entre tinieblas, junto a un edificio. (…) Atmósfera de invitación al viaje, y también de atemporalidad, de sentimiento de estar fuera del tiempo».
«Esa imagen, la de un viejo aeroplano contemplado como entre tinieblas, junto a un edificio. (…) Atmósfera de invitación al viaje, y también de atemporalidad, de sentimiento de estar fuera del tiempo».
El Avión de Vari Caramés responde a su búsqueda de un discurso poético basado principalmente en la selección de encuadres en los que abundan los retratos de retazos de cotidianeidad. Automóviles, escaparates, paisajes, playas y animales domésticos dan buena cuenta de la vida del fotógrafo que la muestra sin pudor a través del objetivo de su cámara. Caramés fundamenta su búsqueda en una vuelta a los orígenes de la fotografía, primando la imprecisión de las formas y el encanto de representar literalmente la impresión de la luz en la materia, pues en su opinión "Fotografía significa debuxar coa luz: foto-grafía". En este acto creativo trata de incluir el azar como parte del proceso, eludiendo la dependencia de la técnica y aumentando la frescura de la imagen, que en buena medida depende de la atemporalidad de sus fotografías y de su capacidad descriptiva. Una de las preocupaciones de Vari es borrar el espacio y el tiempo de sus creaciones; el uso del desenfoque crea esa sensación de espacios desposeidos, sin identificación precisa y donde, por tanto, las coordenadas se esfuman.