En esta obra, en mármol, Jerónimo Brigas nos presenta un busto femenino en el que explora las formas geométricas. Divide la figura en dos partes claramente diferenciadas, creando dos perfiles asimétricos. En el lado izquierdo, representa el ojo cerrado, mediante una simple línea horizontal, mientras que en el perfil derecho el ojo aparece abierto y realizado con mayor detallismo.
Debido a la geometrización y el afacetamiento de formas y planos, esta obra puede dar la impresión de tener un origen cubistas e influencias de Picasso, sin embargo estas características se deben al conocimiento directo de la escultura negra africana, uno de los componentes del cubismo primitivo. Este recuerdo cubista se debe también al material utilizado, al que dota de expresividad y de inmediatez.
El detallismo se extiende a la representación del cabello mediante líneas que marcan la direccionalidad del pelo. La alternancia de superficies pulidas y rugosas, unido al contraste de planos y aristas profundas, crea juegos de luces y sombras.