Rafael Alonso crea este paisaje que nos transporta a Marruecos como indica su nombre. Las tierras desérticas ocupan casi la totalidad de la pieza, en tonos tierra con algunos sombreados, que generan ondulaciones típicas de esta orografía. Salpicados por el territorio aparecen también algunas pinceladas en diversas gamas de verde que semejan la vegetación, realizada rápidamente, sin mucho detalle.