El tono crítico, tratado con una gran sutileza es una de las características principales de la obra de la artista lucense Montse Rego. Esta toma panorámica viene marcada por la horizontalidad el mar, enmarcada por rocas y montañas y deja como absoluto protagonista el paisaje. Un paisaje en el que un mar en calma baña la arena de una playa completamente desierta salvo por la figura que encontramos a la izquierda. La propia artista es quien aparece retratada en esta pieza, tratándose entonces de un autorretrato.
Ella, ataviada con ropa negra mira hacia el suelo, introspectiva, como reflexionando. Bajo sus pies, las rocas de la playa visten también un manto negro, en este caso, ocasionado por el chapapote que cubrió las costas gallegas tras la catástrofe del Prestige en el año 2002. Esta obra se expuso en el año 2003 como parte de la exposición colectiva “Olladas Oceánicas” en el Museo do Mar de Galicia, en la que la artista presenta un relato sobre nuestros territorios costeros.