Apunte rápido, improvisado como tantos otros del artista, que captaba casi a modo de instantánea, todo lo que le llamaba la atención.
Apunte rápido, improvisado como tantos otros del artista, que captaba casi a modo de instantánea, todo lo que le llamaba la atención.
Retrato de una muchacha con una cesta sobre la cabeza. Apunte rápido, improvisado como tantos otros del artista, que captaba casi a modo de instantánea, todo lo que le llamaba la atención. Es por este motivo que los retratos de Brocos tienen ese carácter fresco y realista y esa preocupación por el relato y el detalle. Con trazos rápidos y amplios consigue un retrato cercano, mostrándonos momentos de la vida cotidiana, reflejando como en este caso los ropajes de la época y el detalle de la cesta en la cabeza.
En el reverso, retrato de carácter realista captando fielmente los rasgos del personaje, algo muy típico de éste artista. Se titula Retrato de Tomás Ogea. El personaje se presenta de medio cuerpo, con las manos en los bolsillos, en actitud relajada. Utiliza un trazo firme con una línea continua casi sin interrupciones, y otro más amplio y suelto para el sombreado. El efecto de claroscuro le sirve para dar volumen a la figura, a la vez que la ubica en el espacio. Gran detallismo y minuciosidad en las facciones, que aumenta la verosimilitud del apunte.