Carlos Crego

Vigo, 1961

De formación autodidacta, empezó a exponer muy joven, antes de cumplir los veinte años, en la Sala Alma de Vigo.

En 1983 consigue una beca de la Diputación de Pontevedra y se trasladó a Barcelona, desde donde viajó al resto de Europa. Forma parte del círculo artístico catalán y ha expuesto en varias muestras y ferias de arte contemporáneo internacionales.

Técnicamente, su obra pictórica se caracteriza por emplear un  solo color como base, mientras que en el resto del lienzo destaca un cromatismo  de mayor carga expresiva. Sobresale lo cotidiano, que asoma entre los matices de la abstracción lírica. La figura humana protagoniza  sus obras; a veces se insinúa a partir de pinceladas gruesas en forma de silueta, otras veces la aborda a través de campos de color plano.

En general, su obra se mueve dentro de una paleta sobria  (ocres, tierras, grises y negros), y temáticamente insiste en la investigación  de la vida interior del ser humano.