Georges Braque es un pintor fundamental del siglo xx, al ser, junto a Picasso, el creador del cubismo. A los ocho años se trasladó a Le Havre, en Normandía. Allí conoció a Raoul Dufy y comenzó a interesarse por la pintura, tanto que en 1900 se instala en Montmartre (París), donde toma contacto con el arte contemporáneo. Durante estos primeros años queda impresionado por la pintura de los fauves y empieza a aplicar los colores puros, si bien la influencia fauvista deja paso al interés por Cézanne, justo en el momento en el que conoce a Picasso, quien le presentó a su marchante Kahnweiler.
La unión de Picasso, Braque, Kahnweiler y la influencia de Cézanne propiciaron la llegada del cubismo. Picasso y Braque se vieron durante varios años casi a diario, y juntos, a partir de 1909, comenzaron a realizar obras dentro del cubismo analítico, y desde 1913, en el cubismo sintético, entablando una relación artística y de amistad que duró hasta la Primera Guerra Mundial. Tras la Guerra, Picasso y Braque tomaron caminos diferentes. Braque abandonó poco a poco el cubismo estricto, realizando una pintura más pura y ornamental.
Temáticamente, las naturalezas muertas fueron dando paso a otros temas, como la figura humana, el paisaje y los interiores, que en los años cincuenta se convirtieron en su famosa serie “Ateliers”. En esa misma época aparecieron por primera vez los pájaros en su pintura, que se convirtieron en uno de los elementos más reconocibles de la última etapa pictórica del artista. Braque falleció en París en 1961, poco después de que el Louvre le organiza una exposición individual, la primera que dedicó dicho museo a un artista vivo.