Gerardo Porto crece en el ambiente cultural de A Coruña de mediados de siglo, donde coincide con los pintores José María Labra, Manuel Mampaso y con el crítico de arte Juan Manuel Bonet. En 1948 realiza su primera exposición en Madrid, y un año después la Diputación de A Coruña le concede una beca de ampliación de estudios artísticos en París, donde frecuenta el taller de Henri Matisse. Tras un viaje por Europa central en la década de los cincuenta, se instala en Ámsterdam en 1961 donde comienza a trabajar como responsable artístico en Hilversum, centro holandés de radio y televisión.
Su producción se ha desarrollado en diferentes campos, como ceramista, cartelista, decorador escénico y diseñador de vidrieras. Precisamente, los vitrales realizados para diferentes instituciones públicas y privadas, a los que dedicó gran parte de sus últimos años, encuentran su máxima expresión en su ciudad natal, entre los que cabe destacar la colaboración con el arquitecto Antonio Desmonts en el Millenium, arquitectura emblemática en la que, sobre cristales de roca, el artista pintó distintos momentos de la historia de A Coruña. En el campo de la pintura, ha destacado como acuarelista, donde muestra múltiples referencias de la pintura impresionista, posimpresionista o el romanticismo de los paisajes de J.M. William Turner. Sus vistas y paisajes son la temática predilecta del artista, donde la utilización de la luz es fundamental.
Gerardo Porto ha celebrado exposiciones en numerosas ciudades de Europa. En Galicia destacan las realizadas en la sala de exposiciones de Durán Loriga, (1986), en el Palacio de Exposiciones Kiosco Alfonso (1994), en la Estación Marítima (2001) y en Afundación (2009).