Desde su ciudad natal llega a Madrid en 1931 para estudiar en la Escuela de Ingenieros Industriales. Dos años más tarde la abandona y se matricula en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, y acude también al taller del pintor Vázquez Díaz.
Formó parte del círculo intelectual y creativo creado en torno a la Residencia de Estudiantes y al teatro La Barraca de García Lorca, para el que realizará varios decorados: el de La historia del soldado, de Strawinsky, y de obras de Tirso de Molina y Lope de Vega. En este ambiente entabla relación con Alberti, Buñuel y Miguel Hernández, entre otros intelectuales y artistas de vanguardia.
En 1932 empezó a realizar ilustraciones para libros de Federico García Lorca, Gómez de la Serna y Pablo Neruda, y para revistas como Cruz y Raya. Posteriormente, se hizo cargo de la parte gráfica de la revista Caballo Verde para la poesía, que dirigía entonces Pablo Neruda.
Su obra se inscribe desde los años treinta en el surrealismo, lenguaje que, tras haber abandonado la pintura durante la guerra civil, sustituye por la abstracción. La década de los ochenta fue prolífica en premios, tanto en España como en el extranjero, especialmente en Bulgaria. En 1984 se le concedió el Premio Nacional de Artes Plásticas y en 1990 la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes del Ministerio de Cultura español.
Falleció en Madrid en 1991. Al año siguiente, el Centro Cultural de la Villa de Madrid organizó una gran exposición retrospectiva en su honor.