Fue cofundador en 1933 de la revista leridana Art, donde colaboraba realizando poemas de tipo surrealista. Un año más tarde se trasladó a Barcelona para continuar sus estudios. Allí tomó contacto con el grupo ADLN y preparó la Exposición Logicofobista.
En 1940, después de combatir en la guerra civil en las filas del POUM, se exilió en París, donde comenzó a relacionarse con Benjamin Perret, Picasso y Henri Goetz. Participó en diversas exposiciones colectivas y colaboró en las publicaciones clandestinas del grupo surrealista La main à plume. Fue en esta etapa francesa cuando su trayectoria artística dio un giro hacia la abstracción expresionista. Regresó a España en 1949.
En 1956 Viola y Martín Chirino se integran en el grupo informalista El Paso. Un año más tarde, este grupo publicará su manifiesto, donde se definían con una idea clara de compromiso con su tiempo, compartiendo siempre la visión como herederos de la España Negra, con Solana como referente imprescindible. Desde su paso por este colectivo, Viola se definió como pintor informalista.
La pintura realizada desde entonces se caracteriza por el uso de telas oscuras sobre las que aplica una pincelada violenta y empastada, con un colorido muy brillante, combinando una técnica gestual con una obsesión por los contrastes de luces y sombras. Pasó los últimos años de su vida en San Lorenzo del Escorial, donde falleció el 8 de marzo de 1987.