Su pintura, de fuerte inspiración galaica y popular, adquiere un personalísimo estilo, sencillo y firme de ejecución, brillante en el planteamiento y con un color chillón y plano, extendido en grandes campos y limitado por los gruesos trazos de la línea. En ocasiones sus obras, reciben un tratamiento matérico -arenas y polvo de mármol- en el que combina pintura y relieve, consiguiendo atractivos resultados estéticos.
Tras una formación artística en su ciudad natal, bajo la dirección de Luis Xesta, en 1957 viajó a París para continuar sus estudios en la École National Supérieure des Beaux Arts. En 1960 regresó a Ourense e inició una exitosa carrera de exposiciones en el ámbito nacional. Realizó su primera exposición en 1954, en el Liceo Orensán. En 1972 expuso en la Sala Realle delle Caria Cariatidi de Milán, tres años después en la Majackonski Galerie de Berlín y en 1981 realizó una gran pintura-mural sobre madera para el aeropuerto de Santiago de Compostela. Alemania es el país en que Virxilio ha tenido más éxito, exponiendo en Bonn, Berlín y Franckfurt.
A pesar de ser un artista de línea tradicional, se nutre de nuevas tendencias que emergen paralelamente en Europa dotándolas de cierta ingenuidad en formas, colores y técnicas que se encuentran en el arte popular. En este sentido, puede ser relacionado con el grupo apodado por Vicente Risco como los «Artistiñas», grupo orensano de artistas muy jóvenes que fueron apadrinados por el famoso escritor. Este colectivo abogaba por una renovación del panorama estético en consonancia con el contexto artístico internacional.