Xosé Cid

Ourense, 1946

Xosé Cid Menor sigue la estela dejada por los miembros del grupo O Volter y forma parte de la que se podría denominar como segunda generación del núcleo activo orensano. Accedió al panorama escultórico a principios de los años setenta a través de las bienales pontevedresas (participó los años 1970, 1972 y 1974) y sus derivaciones, como la Trienal de Santiago de Compostela en la que gana la tercera medalla.

Cid pertenece a ese grupo de artistas que continúan profundizando en las líneas abiertas en los años sesenta. Su trayectoria perseverante lo ha llevado a ser uno de los autores a tener en cuenta en la escultura  de las últimas décadas en Galicia.

Totalmente autodidacta, apareció desvinculado de escuelas y grupos, aunque se vio influenciado por la obra de Buciños. Utiliza para sus obras materiales tradicionales de la escultura gallega, como el granito y la madera, aunque también trabaja con barro, terracota y bronce. Su escultura es de carácter conservador y amable, tanto en el aspecto técnico como en la iconografía. Sus obras se inspiran en la figura humana y suelen ser de  bulto redondo, potenciando la masa, la verticalidad y la solidez. El resultado es una escultura de carácter totémico que carece de relación con el espacio que las rodea. El tratamiento que le infiere es superficial, por medio de líneas curvas muy suaves y de amplio radio que provocan sucesiones ininterrumpidas de planos cóncavos y convexos poco profundos.

En su obra, Xosé Cid trata de potenciar la capacidad expresiva del material: si trabaja en piedra, el volumen y la textura del granito; las vetas de la madera, o las huellas del modelado cuando trabaja con terracota y bronce.

Desde los años setenta colabora con diferentes salas, como la Galería Altamira de Pontevedra, la Galería Ceibe de A Coruña o la Galería Souto de Ourense, en las que expone en numerosas ocasiones. Además, ha realizado diversos monumentos públicos en localidades gallegas, como la estatua de San Rosendo de Ourense, Concepción Arenal de Ferrol, el Monumento al afilador en Santiago de Compostela, o el Breogán del Jardín de las esculturas de la Torre de Hércules en A Coruña. Su obra también forma parte de importantes colecciones artísticas como la del Museo Castrelos de Vigo, la Colección de Arte Afundación o la Colección Fenosa de A Coruña, entre otras.