El conjunto de materiales que componen la obra responden a parámetros de tectónica y simetría. Una composición formada por la combinación de diversas planchas de hierro y vidrio, dispuestas en las reglas de la verticalidad y la horizontalidad. La densidad del hierro ocupa la parte inferior de la pieza, organizando un vacío, construyendo un espacio protagonista, dominador, que configura el desarrollo de la obra. Un vacío que se organiza al modo de un gran cubo, recuperando una de las más largas reminiscencias de la escultura peninsular: la presencia de la caja metafísica de Jorge Oteiza.