Esta obra, es un retrato de un busto y en tres cuartos, de una niña. Meticuloso y detallista en el tratamiento del cabello lacio, recogido en dos trenzas que caen hacia delante, y en las facciones del rostro, concentra su interés en captar el carácter serio y el aspecto triste de la muchacha. Para ello, concentra la expresividad en los ojos, bajos y de mirada perdida, y la boca, ausente de sonrisa. El dibujo, está delimitado por una línea de contorno clara, que define las partes, que a su vez se rellenan mediante un sombreado, que las dota de volumen y con el que crea distintas calidades. La luz y el cromatismo no le interesan más allá de la volumetría y el interés por resaltar algunos detalles de este retrato de una niña es anónima. Un personaje del pueblo gallego, en el que representa la saudade rosaliana, en el que expresa su propio sentir galleguista, contenido pero fuerte.