El cuadro parece evocar las bandas de color que el artista establece en Alison Series o Inner light, serie en la que homenajea a su hija adoptiva, Alison Peters, fallecida en 1974. También podemos vincularla con otras como Yellowgrey (1974) Echo (1974), Above (1981) y Untitled (1978).
Para Alfonso de la Torre esta obra recopila muy bien las características de la pintura de Vicente, «un mundo de evocación natural en el que asoma la luz de la silenciosa trascendencia, invadiéndolo todo. Pintura, en la que se aúna borde difuso y precisa línea. Volúmenes y bandas de límites imprecisos y círculo imponente, que, centrado, domina la composición».
En estas obras vemos que establece una suerte de espacios limitados por bandas horizontales en las que, a modo de aparición, surge una mancha de color, en este caso con aspecto de sombra. Para de la Torre, es una pintura con aspecto de vocación religiosa, espectral. A modo de ventanas, las bandas parecen hablar del orden del universo, de una ley secreta, enigmática y misteriosa, que, trágica e inmutable, nos sumerge en la belleza y el misterio.