Eduardo Úrculo, se ha acercado a lo largo de su prolífica trayectoría a distintas corrientes. Primeramente, realiza un realismo lúgubre y testimonial, para pasar, durante un breve período de tiempo, a dedicarse al informalismo. Gracias a un viaje que realiza por Europa en la década de los 60, conoce en Estocolmo el Pop Art. Desde entonces no abandonará esta disciplina, sobre la que reflejará distintas temáticas. Técnicamente aborda siempre un pop realista, caracterizado por una luz muy viva y sensual, y un amplio esprectro cromático. tendecia. Uno de sus grandes temas, que trabaja en la década de los noventa, es el del viajero. En palabras de Romero Solís, las obras de esta etapa, "son siempre rastro de viajero, huellas de pasajeros de los que nunca sabemos ni su dirección, ni su procedencia, ni mucho menos, su destino" 1. Siempre situados de espaldas, expectantes ante la ciudad que se eleva ante ellos, Úrculo caracteriza a estos personajes mediante atributos como las maletas, el paraguas, los sombreros o las gabardinas. Son figuras vistas desde la distancia, desde un "silencio poético" que hereda de la obra de Hooper. Tras un tiempo pintando personajes solitarios, en Algo Imposible, recupera la representación de grupo conservando las características principales de estas representaciones anónimas.