Es característico de Huete, situar el color en función de las composiciones y de los espacios sugeridos, empleando, especialmente, los grises, azules y verdes, como reseñas de la calidez húmeda de la atmósfera viguesa. En esta ocasión, sobre dos planchas de zinc superpuestas, y fondo verde, escribe el nombre de Ángela, que da título a la obra. Para ello, emplea trazos negros, al escribirlo en vertical, y en amarillo, al hacerlo en horizontal. En ambos casos, son remarcados para acentuar el protagonismo del nombre en la composición, donde aparece acompañado por otros trazos sin sentido, como formas dentadas, líneas sueltas y garabatos. El resultado es una obra próxima al graffitti más sencillo, semejante al que encontramos en las pintadas de los espacios públicos.