Boceto de muchacha fue realizado en la década de los 60, cuando Souto ya hacía años que había alcanzado su madurez artística. Se trata de la representación de un desnudo femenino, en el que destaca la gran facilidad del pintor tanto para el dibujo como para el claroscuro. En esta última etapa, el artista se dedica a dibujar sobre todo interiores y desnudos. En este género, se hace patente la gran influencia de la pintura y el dibujo de la escuela francesa de los años 20 y 30, especialmente el de Bonnard y los retratos femeninos de Ensor, al que conoció personalmente. La figura se construye a partir del modelado, la línea del contorno presenta un trazo elegante, fino y rápido, pero es el intenso claroscuro , el que modula los volúmenes. El rostro de la modelo es ovalado, de grandes ojos y nariz sin trabajar. El cabello se peina en un recogido alto e informal, resbalando los cabellos del flequillo y la nuca, para enfatizar los rasgos de la modelo. El juego de luces y sombras, sugiere volúmenes y atmósferas que funden a la modelo con el ambiente. Se trata de una imagen de elevado intimismo, donde la modelo parece ajena a la mirada intrusa del espectador. Esta representación, refleja la pasión de Souto por el arte de los impresionistas, y sugiere una cierta nostalgia de la primera belleza moderna que eclosionó de la mano de Manet, Renoir, Degas y sus contemporáneos.