Esta obra, de corte popular, representa una escena festiva. Las figuras más cercanas presentan unos contornos redondeados y bien definidos, mientras las posteriores están impregnadas de un carácter más expresionista. Como es característico en Bóveda, sus personajes están concebidos con formas redondeadas y de pequeña estatura, recordando la tradición pictórica gallega de Laxeiro y Colmeiro. Para esta obra emplea una pincelada gruesa y densa, y un cromatismo parco basado en marrones, ocres y grises. Utiliza el principio de isocefalia para representar a la gente que se hacina detrás de la escena, creando una imagen muy acotada y carente de perspectiva.