Este dibujo es fruto de los numerosos viajes del artista a diferentes puntos de la geografía gallega, en este caso, Cambados. El primer término, está marcado por un camino que nos conduce hasta del fondo de la composición, este elemento es el que introduce el punto de fuga del dibujo y define la perspectiva tomada desde un punto de vista bajo. Una iglesia en el lado izquierdo aporta el componente vertical del diseño. El haz de luz que ilumina la escena baña diagonalmente la composición, provocando que la parte inferior de este edificio quede en sombra. En la parte derecha, dos edificaciones esbozadas geométricamente, equilibran la composición, cuyo centro está ocupado por masa de volúmenes geométricos superpuestos, que describen los edificios y cierran el plano con el desarrollo horizontal de la construcción. Tras él, sobresale una masa de arboleda, que recupera la profundidad de la obra. La parte superior de la composición, está destinada a la escueta descripción del cielo a través de unas nubes difuminadas. Su horizontalidad, sólo se rompe por la incursión vertical del campanario de la iglesia.