Esta pieza se compone de tres partes, de las cuales dos nos muestran un mismo espacio interior, esquinado. Pese a mostrar la misma escena, podemos apreciar una variación en la luz, siendo una de las escenas más oscura que la otra. Este efecto lo consigue Rubén Ramos Balsa tomando la fotografía vestido con un frac, por lo que la segunda fotografía que vemos sería la misma restando la luz que el traje negro absorbe. Por último, una pequeña fotografía sin enmarcar inmortaliza el momento del artista ataviado con el traje.