En esta obra, se pueden apreciar las características comunes en la obra de Luís Pintos Fonseca. Por un lado, trata de captar los efectos atmosféricos mediante el tratamiento del cielo, con un estudio pormenorizado de las nubes. Por otro, hay una preocupación por los efectos lumínicos, bañando la escena la luz de un sol de media tarde, con su correspondiente juego de sombras. Además de esto, es característica en Pintos, la representación de monumentos en sus composiciones, y que en este caso, se refleja con el propio título de la pintura, Capilla de Samieira. Hay una búsqueda de la asimetría, ya que no coloca el tema principal, la capilla, en el centro, sino a la izquierda del cuadro. Para compensar la asimetría, recurre a un efecto de contraste mediante los pinos que flanquean la escena, ya que situando tres a la derecha, donde hay menos elementos, y tan sólo uno en la izquierda, equilibrando el peso de la composición, intensificado, todavía más, por la representación de la ría en el fondo, que crea la sensación de lejanía.