Casa, palacio, templo, tumba es una escultura/instalación de gusto orientalista, influencia de su estancia en Japón, formada por na gran raíz de naranjo, de unos 150 cm de diámetro, coronado por una representación del popular templo dorado japonés, Kinkakuji. Consta de dos elementos, tres contando el aire que lo rodea, pues para Pamen Pereira no es solo lo material, sino también los vacíos, lo que conforma su obra. Para la artista esto es una metáfora del ciclo básico de lo que nace, crece, vive con conciencia y muere; la existencia, tema recurrente para su trabajo, resumida en casa, palacio, templo y tumba, o en primavera, verano, otoño, invierno. Todo en un solo ciclo.