Sus obras reflejan formalmente la imperturbabilidad de lo absoluto, la intemporalidad de los materiales, la conciliación entre formas y ritmos, a la vez que llevan impreso un mensaje de esperanza, serenidad y paz.
Sus obras reflejan formalmente la imperturbabilidad de lo absoluto, la intemporalidad de los materiales, la conciliación entre formas y ritmos, a la vez que llevan impreso un mensaje de esperanza, serenidad y paz.
A lo largo de su dilatada carrera artística Chillida indagó en todas las posibilidades que la escultura le ofrecía. Trató por todos los medios de conquistar el espacio sin que por ello se rompiera la dialéctica entre el elemento escultórico y el paisaje que lo rodea. Sus obras reflejan formalmente la imperturbabilidad de lo absoluto, la intemporalidad de los materiales, la conciliación entre formas y ritmos, a la vez que llevan impreso un mensaje de esperanza, serenidad y paz. Trabajó con numerosos materiales como el hierro, el hormigón, el alabastro, y también se decantó, en una etapa determinada de su vida, por la escultura en terracota. Ya se había interesado por ella en sus inicios, pero a partir de los años setenta comienza a trabajar con materiales como el de esta obra realizada en tierra refractaria rica en óxido ferroso. Este material le fascinó por mucho tiempo, realizando obras como ésta, compactas y macizas, que adquieren formas geométricas elementales, debido a su tratamiento y que rompen su monocromía con dibujos abstractos en color negro.